El reto de los refugiados sirios
Acaba de aparecer el número 44 de la revista Migraciones Forzadas, que incluye el artículo de Caroline Abu Sa’da y Micaela Serafini (Médicos Sin Fronteras) dedicado a "Los retos humanitarios y médicos de asistir a los nuevos refugiados en el Líbano e Irak" que pasa un pormenorizado repaso a la situación de la diáspora siria en Líbano e Irak.
La comunidad internacional no ha abordado adecuadamente
el gran impacto que estos dos años de afluencia masiva de gente ha tenido en los
países vecinos. La mayoría de las prioridades y prácticas actuales para la
provisión de servicios sanitarios en entornos en conflicto siguen estando
basadas, por desgracia, en las de aquellas décadas en las que el conflicto era
normalmente sinónimo de campos de refugiados hacinados que albergaban a poblaciones
de jóvenes procedentes de países en desarrollo. La mayoría de las guerras contemporáneas,
sin embargo, se están produciendo en entornos donde los ingresos y los
indicadores básicos de salud son mayores, y duran mucho más. Estos hechos están cambiando en profundidad el
perfil demográfico y de enfermedades de las poblaciones afectadas por
conflictos.
El norte de Irak
Durante 2012, muchos kurdos sirios se exiliaron a su
vecino Irak, a la región del norte gobernada por el Gobierno Regional Kurdo (KRG, por sus
siglas en inglés). El campo de Domiz – cerca de la ciudad iraquí de Dohuk– se abrió
en abril de 2012 aunque el Gobierno central de Bagdad abrió otros dos campos en
el sudoeste de Irak. Ocho meses después, laasistencia humanitaria que se ofrece
en el campo de Domiz está lejos de ser aceptable. La inversión en agua y sistemas
de saneamiento nunca ha sido suficiente, las diferentes fases del campo no
fueron planificadas adecuadamente, muy pocos actores internacionales se encuentran
presentes allí y existe una increíble falta de visión a medio-largo plazo a la
hora de anticipar nuevas llegadas al campo.
Aunque al principio las autoridades kurdas llevaron una
política de acogida hacia los refugiados, la falta de apoyo por parte de la
comunidad internacional ha acabado por empujarles a restringir la asistencia humanitaria
de diversas maneras entre las que destaca, por ejemplo, un cierre de fronteras
en mayo de 2013. El Gobierno Regional Kurdo ha permitidoa los refugiados acceder
a los servicios públicos de forma gratuita pero están empezando a saturarse.
Las últimas confrontaciones violentas en Siria provocaron
que el Gobierno Regional Kurdo reabriera las fronteras el 15 de agosto de 2013.
Más de 30.000 personas llegaron en masa al Kurdistán iraquí en pocos días y
colmaron los campos recién abiertos en Kawargost, en Erbil. Está pendiente la
apertura de otros dos campos pero sólo dispondrán de capacidad para absorber el
nuevo influjo, sin poder ofrecer nada a la mayoría de los refugiados
desperdigados por las zonas urbanas.
Líbano
El flujo de refugiados hacia el Líbano se ha
producido en varias fases. En mayo de 2012 había 20.000 refugiados sirios sobre
todo en el norte del Líbano, pero a principios de agosto de 2013 la cifra
ascendía a 570.000 según ACNUR y a 1,3 millones según el Gobierno. De los
425.000 refugiados palestinosregistrados en el Líbano antes de la guerra, el Organismo
de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de
Palestina en el Cercano Oriente (OOPS) estima que han llegado otros 50.000 procedentes
de campos de refugiados palestinos en Siria desde el inicio de la guerra.
Con un total de población libanesa estimado en 4,2 millones,
los refugiados en el Líbano representan ahora casi el 25% del total de la
población. El Gobierno libanés –siguiendo la política oficial de “disociación”
del conflicto sirio– ha dejado las fronteras abiertas y se ha negado a abrir
campos para acoger a los refugiados. Como consecuencia la gente se encuentra
dispersa por todo el país, principalmente por zonas empobrecidas en las que los
servicios ya sufren una grave saturación. La respuesta a sus necesidades no
cuenta con la suficiente financiación".
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