El Islam según una princesa saudí

Javier Martín, periodista de la Agencia EFE, publica en el último número de la revista electrónica esglobal una interesante entrevista con la entrevista Basma bint Saud, de la familia real saudí, en la que se abordan los retos de la mujer saudí: Arabia Saudí según Basma Bint Saud
Esglobal. El mundo árabe está experimentado oleadas de protestas que tienen su origen en la desilusión de las generaciones más jóvenes, la escasez de oportunidades laborales, la pobreza y sobre todo las diferencias sociales. ¿Adolece Arabia Saudí de los mismos problemas? ¿Puede esta ola sacudir también al Reino?
Basma bint Saud. La gente habla muy a menudo acerca de la primavera árabe y de las revoluciones que han sacudido Oriente Medio. En mi opinión, solo existe un factor común, y está relacionado con la dignidad de las personas. En esos lugares, los derechos básicos y la dignidad humana 
han sido negados durante tanto tiempo que la gente no tuvo otra opción que levantarse y expresar su descontento con sus gobiernos. Tienen un largo camino por delante antes de poder recuperarse del (efecto que tendrán) estos levantamientos, pero al menos sus voces han sido escuchadas. Y sí, es un mensaje para toda la región.  En Arabia Saudí no hemos experimentado algo así. Pero insisto en que nadie es inmune. La gente necesita su dignidad. Demanda derechos fundamentales -seguridad, libertad, igualdad y educación-. La reforma debe ser el camino que se elija para llevar esas cosas al pueblo.
Todos esos países que han experimentado revoluciones tienen amplias y crecientes diferencias (en términos) de riqueza, y esto, combinado con cuestiones políticas, ha colocado la situación en el filo de la navaja. Afortunadamente, Arabia Saudí se ha encontrado en la posición de poder financiar la reforma y atajar la cuestión de la (desigual) distribución de la riqueza. En general, las protestas y la exigencia de reformas no tienen por qué ser el resultado de la desigualdad social, aunque es un factor significativo.
                      
Esglobal. En sus artículos, en su blog, usted pide reformas en su país ¿Cuáles son las prioridades?
Basma bint Saud. En general, no creo que solo Arabia Saudí necesite reformas. Creo que otros muchos lugares en el mundo necesitan mejorar, y eso queda claro en cada uno de los textos que puede leer en mi página web. Para mí, existen ciertos principios vitales que nos proporcionan dignidad y nos permiten vivir una vida pacífica. Todos necesitamos cuatro componentes esenciales: seguridad, libertad, igualdad y educación. Esa es la base de lo que yo llamo la cuarta vía. Creo que proporcionándoles a los ciudadanos esos cuatro elementos contribuimos de verdad a la paz y a la estabilidad. Me explico un poco más: en términos de gobernanza, seguridad significa seguridad para las minorías, los individuos o los grupos nacionales, por ejemplo. Libertad significa libertad en cuestiones como la fe, la opinión, libertades de movimiento o de reunión. Igualdad significa igualdad en cuestiones de género, salud, y riqueza. Todo eso brinda las mismas oportunidades para todo el mundo. Educación significa derecho a una educación para todos, sea cual sea su nivel socio-económico y su sexo.  
 
Esglobal. Muchos activistas consideran que el problema reside en que el proyecto de reforma no ha transcendido el discurso de las elites, ha quedado confinado en las alturas sin llegar al pueblo y que por eso ha tenido un impacto limitado
Basma bint Saud. El impacto se consigue haciendo más en la aplicación, y no tanto reflexionado sobre el origen de las ideas. Los cambios que deben acompañar a cualquier intento aparente de reforma deben llegar a los ciudadanos.  El verdadero y último cambio que pida debería servir para que baje mi bolígrafo e incluso deje de twittear. Desafortunadamente, hay gente equivocada que está en lugares equivocados. Sé por mi propia experiencia en el terreno de los negocios y en otras áreas que significa rodearse del equipo adecuado. Si el equipo no es suficientemente bueno, las ideas quedan empantanadas y no se logra nada.
 
Esglobal. Tradicionalmente, todas la innovaciones -tecnológicas, pero también políticas y económicas- se han topado en Arabia Saudí con la reticencia de los clérigos. ¿Cuál es el papel y la influencia que hoy en día tiene en el reino esta casta religiosa?
Basma bint Saud. Obviamente, la casta religiosa es importante en Arabia Saudí, y es un grupo al que hay que tener muy en cuenta cuando hablamos de introducir reformas en la sociedad saudí y en sus estructuras. Creo que el problema más serio es que han destruido la mente de la gente, que es el lugar donde el cambio positivo puede hallar el espacio para vivir y respirar.
Lo que yo percibo como el islam verdadero, aquel al que dio significado el Profeta, el que se adapta a los tiempos, ha sido arrinconado. En Arabia Saudí tenemos ahora nuestra propia franquicia. Creo que hay un momento en la historia de Arabia Saudí, en torno a 1966-67 en el que una gran cantidad de miembros de los Hermanos Musulmanes fueron expulsados de Egipto por Gamal Abdel Naser.  Llegaron a Arabia Saudí, donde rápidamente encontraron trabajo en el sector de la tecnología, y lograron combinar la interpretación del islam de la Hermandad con la versión preexistente. Esto penetró y arraigó en muchas mentes.
Antes de su llegada, la educación ya era tradicional y profundamente religiosa. Después, la mentalidad dejó de florecer pese a que fue una década en la que las costumbres se relajaron en todo el mundo, solo hubo estrechez y atrincheramiento. Esto es lo que de verdad impide que el cambio positivo florezca en la mente de las personas. Es algo que debemos reconstruir.
 
Esglobal. En su país, usted no tiene permiso para conducir, no puede viajar sin la autorización de un varón de su familia, o incluso uno puede ser condenado a muerte por brujería. ¿Cuál es la situación de la mujer en Arabia Saudí? ¿Cómo trabajan los grupos de defensa de los derechos de las mujeres en su país?
Basma bint Saud. Si de repente mañana se aprueba un decreto que conceda el derecho a conducir a las mujeres, solo se alegraría la gente en Occidente. Para las mujeres de mi país, es solo una pequeña pieza en un puzzle mucho más grande. La seguridad y las libertades individuales son preocupaciones mucho más acuciantes, en mi opinión".

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