Irán: un año de represión

En la web de Amnistía Internacional puede consultarse el informe "De la protesta a la prisión: Irán un año después de las elecciones" en el que se denuncia la violenta represión contra los manifestantes tras las elecciones presidenciales de 2009:
Un año después de las polémicas elecciones presidenciales de Irán de junio de 2009, Amnistía Internacional ha documentado un aumento de las medidas represivas contra la disidencia que mantienen en prisión a periodistas, estudiantes, activistas políticos y de derechos humanos, así como líderes religiosos. Abogados, académicos, ex presos políticos y miembros de las minorías étnicas y religiosas iraníes se han visto asimismo afectados por la expansión de la oleada represiva que ha desembocado en casos generalizados de tortura y otros malos tratos, junto con ejecuciones por motivación política.
Esta represión está documentada en el nuevo informe de Amnistía Internacional en el que se examina un año de arrestos y detenciones de personas que han expresado su postura contra el gobierno y sus abusos. La publicación del informe señala el lanzamiento de una campaña de un año por la libertad de los presos de conciencia en Irán, recluidos desde las polémicas elecciones presidenciales de 2009 y la represión desatada posteriormente, así como por la celebración de juicios justos sin recurso a la pena de muerte para otros presos políticos.

Centenares de personas siguen detenidas por su participación en las protestas de junio de 2009 o por expresar opiniones discrepantes, y el encarcelamiento de ciudadanos corrientes se ha convertido en algo cotidiano dentro de un “sistema de puerta giratoria” de arrestos y detenciones en expansión. Durante el último año han sido detenidas arbitrariamente incluso personas que sólo tienen lazos tentativos con grupos prohibidos, así como familiares de ex presos.

 

Sayed Ziaoddin Nabavi, estudiante, cumple una pena de 10 años de cárcel en la prisión de Evin. Miembro del Consejo de Defensa del Derecho a la Educación, su condena parece relacionada con el hecho de que tiene familiares pertenecientes a la Organización Muyahidín del Pueblo de Irán, grupo proscrito que según las autoridades fue responsable de organizar manifestaciones. Alrededor de 50 miembros de la fe bahaí han sido detenidos en varios lugares del país después de las elecciones. Las autoridades continúan, así, utilizando a este grupo como chivo expiatorio de los disturbios.

Las personas pertenecientes a las minorías étnicas de Irán han sido asimismo objeto de arrestos y detenciones, tanto durante las elecciones como después de ellas. Cuatro de los cinco presos políticos ejecutados en mayo sin las notificaciones que exige la ley eran kurdos, lo que ha sido un claro mensaje dirigido a toda persona que estuviera pensando en conmemorar el aniversario con protestas.
“Lo que pedimos es muy sencillo: la libertad inmediata e incondicional de todos los presos de conciencia y que los demás presos sean juzgados sin dilación por delitos reconocibles, sin recurso a la pena de muerte, en actuaciones que cumplan todas las normas internacionales sobre imparcialidad procesal”, ha afirmado Claudio Cordone.

Los detenidos permanecen días, semanas e incluso meses en régimen de incomunicación, mientras sus familias no pueden averiguar dónde están recluidos o por qué motivos. El secreto que rodea estas detenciones facilita que los interrogadores recurran a la tortura y a otros malos tratos, como violaciones y simulacros de ejecución, para obtener por la fuerza “confesiones” que se utilizarán más tarde como prueba en el juicio. Una mujer dijo de una activista de los derechos de la mujer con la que estuvo recluida: “Nos contó que sus interrogadores le habían puesto cables en los pezones y le habían dado descargas eléctricas. Estaba tan mal que a veces se desmayaba en la celda.”

Irán tiene uno de los índices de ejecución más altos del mundo. Amnistía Internacional ya ha registrado más de 115 ejecuciones desde que comenzó 2010.

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