Washington-Damasco en seis lecciones

El artículo "The US and Syria: Six Lessons of the Past" escrito por el analista político Marwan Bishara en la página web de Al-Jazeera pretende analizar las relaciones y los desencuentros entre Washington y Damasco en el curso de las seis últimas décadas. La traducción al español la ha realizado Sinfo Fernández para Rebelión.

"Lección nº 1: Décadas de injerencia han reforzado la desconfianza siria en las potencias extranjeras.
El primer encuentro sirio-estadounidense se produjo poco después de establecerse la CIA en 1947, apenas un año después de que Siria consiguiera su independencia [...]. En 1949 la CIA propició en 1949 el golpe de Estado del Coronel Hosni Zaim a fin de implantar una dictadura estilo “república bananera”. Y en ese proceso, EEUU abrió las compuertas de la injerencia militar en la política siria en las décadas venideras. Tres años más tarde, después de otro golpe sirio, Washington intentó cortejar al nuevo líder, Adid Al-Shishakly. Cuando eso fracasó, la CIA intentó otros golpes militares en 1956 y 1957 –apodados Operaciones Rezagado y Escudo- para derrocar al Presidente nacionalista Shukry Al-Quwatly. Pero a EEUU le salió el tiro por la culata con esas operaciones clandestinas, empujando a Siria a unirse a Egipto y, finalmente, a Damasco en brazos soviéticos.

Lección nº 2: No mires hacia Siria a través del prisma de la Guerra Fría.
En su discurso al mundo árabe de 2009 en El Cairo, el Presidente Obama reconoció la injusticia infligida a países como Siria durante “una Guerra Fría en la que la mayoría de los países musulmanes fueron tratados demasiado a menudo como apoderados sin tener en cuenta sus propias aspiraciones”. No obstante, seis décadas después, Washington y Moscú están aplicando las mismas estrategias polarizadas de la década de los cincuenta. A pesar de su actitud obstruccionista, Rusia no es la Unión Soviética. Es una potencia pragmática que siente parecida aprensión respecto a los extremistas salafíes y a que las armas químicas puedan caer en manos equivocadas. Pero el Presidente Obama y Putin necesitan reunirse cara a cara. Todavía EEUU y Rusia pueden llegar a un compromiso sobre Siria y aún pueden salvarse las instituciones estatales, estableciendo un gobierno de unidad para la salvación y la reconciliación nacional que prepare el camino de unas elecciones libres.
Lección nº 3: Los dictadores o “dirigentes autoritarios de transición”, como Washington denominaba a sus clientes en los años cincuenta, no conducen a la democracia.
Ni tampoco va Asad a retirarse voluntariamente del poder. A lo largo de cuatro décadas, el clan Asad ha jugado con los sentimientos nacionalistas, explotado las enemistades geopolíticas y asesinado a miles de sirios para salvaguardar su dictaduraDespués de más de una década de falsas promesas y dos años de derramamiento de sangre, Bashar al-Asad no tiene ningún sitio en el futuro de Siria.

Lección nº 4: El sectarismo no es una oportunidad para que EEUU pueda aislar a Irán; es un desastre regional en ciernes.
La violencia desenfrenada del régimen de Asad está empujando al país hacia una guerra civil descomunal, al alentar a los grupos salafíes sunníes radicales y al inflamar las divisiones sectarias. El conflicto está desbordándose ya hacia los países vecinos de Irán y Líbano, que sufren a su vez crecientes tensiones religiosas y étnicas, amenazando con contaminar todo el Oriente Medio y la región del Golfo, lo cual puede tener consecuencias incalculables para la política exterior de EEUU.

Lección nº 5: Es preferible mantenerse distante y con las cosas claras que levantar falsas expectativas.
La administración Obama, quemada por la guerra de Iraq, ha rechazado acertadamente el principio de plantar las botas sobre suelo sirio. En cambio, ha puesto sus esperanzas en la oposición siria, especialmente en la Coalición Nacional, que se considera la legítima representante del pueblo sirio. Pero la renuencia de Washington a apoderar el campo anti-Asad ante el temor de reforzar a la facción armada salafí al-Nusra –a la que designó como organización terrorista-, ha tenido un efecto boomerang y, en cambio, ha servido para envalentonar al régimen de Asad, a ampliar las reservas salafíes de nuevos reclutas y a que los sirios sientan cada vez más sospechas respecto a la seriedad de Washington [...].

Lección nº 6: No prediques la democracia al mismo tiempo que desconfías del pueblo sirio.
Un grupo de dirigentes de la oposición siria me dijo que Washington supeditaba cualquier apoyo significativo a que ellos aceptaran la agenda de EEUU para Siria en cuanto a sus futuras relaciones con Irán e Israel. Ya se demostrará que esa actitud es contraproducente. Anteriores gobiernos han intentado y fracasado al querer dictarles a los sirios cómo manejar sus asuntos nacionales. Es hora ya de reconocer la libertad política y la paz que los sirios se merecen pero que se les ha venido negando desde su independencia".

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