Libaneses en Brasil

Michel Temer, un curtido político de origen libanés, será el nuevo vicepresidente de Brasil tras la victoria electoral de Dilma Roussef. Temer ha presidido varias veces el Parlamento y es presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño. Aunque nacido en Brasil, su familia procede de una pequeña localidad llamada Taburah, muy cerca de la ciudad libanesa de Trípoli.


El ascenso de Temer a la vicepresidencia muestra la pujanza de la comunidad libanesa en Brasil. Merece la pena rescatar el testimonio de otro eminente político brasileño de origen libanés, Camilo Achkar, sobre el periplo de los libaneses en Brasil y su progresivo interés por la política:

“La evolución del colectivo libanés a Brasil ha tenido varias fases. La primera fue la de los comerciantes bandeirantes, libaneses que se adentraron en las regiones agrestes de São Paulo, Minas y Mato Grosso, principalmente, cargando tras de sí una maleta con mercancías y utensilios para trocar o vender; ésta fue la fase de los pioneros libaneses en Brasil.
Tras esta fase pionera y heroica, siguió una segunda fase exitosa de integración social. Los libaneses pasaron a convivir en pequeñas aldeas y poblaciones, abriendo alguna tiendita al lado de la iglesia, de la escuela o de la farmacia y comenzando a forjar aquellos incipientes municipios. Se fueron integrando en las costumbres locales y ganándose la simpatía y la colaboración de los brasileños, sobre todo debido a su buena voluntad y disposición.
Después llegó una tercera fase de consolidación comercial. Comenzaron a tener cada vez más recursos, abrieron los primeros mercados, los primeros telares, las primeras industrias incipientes y fueron creciendo hasta convertirse en patrones de la industria y del comercio.
Tras esto vino la fase de potenciación cultural. Una vez consolidada su posición económica, los sirios y libaneses quisieron que sus hijos tuvieran acceso a una mejor formación educativa, tal vez influenciados por la cultura libanesa, donde tradicionalmente se ha cuidado mucho la educación. Así que, mientras los padres se sacrificaban en las actividades económico-financieras o en cosas parecidas, los hijos eran enviados a las facultades para que desarrollaran profesiones liberales y se formaran en todas las facetas de su carrera, ocupando hoy en día incluso cátedras universitarias con gran brillantez.
Tras estas fases, integradoras y de gran proyección cultural, y debido a su valor personal y a su participación en la vida histórico-cultural del país, entonces vino la fase política. Destacándose por la calidad de su vida familiar, por su corrección de carácter, por su dedicación al trabajo, por su cultura, tal vez también por algunos recursos económicos y por la calidad de liderazgo que es connatural al libanés —que es diplomático por naturaleza—, los hijos de libaneses fueron llamados a ocupar los primeros cargos públicos: concejales, prefectos, diputados, y fueron ascendiendo hasta gobernadores de estado y ministros, como ya ocurre hoy en día”.

Este texto pertence al libro Contribuciones árabes a las indentidades iberoamericanas, que puede descargarse en formato pdf desde el portal de Casa Árabe.

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