Palestina: un año después de la revuelta

El Alternative Information Center nos ofrece esta entrevista con Mourad Jadallah, activista palestino vinculado a las movilizaciones populares que, hace un año, demandaron la formación de un gobierno de unidad palestino y el final del enfrentamiento entre Fatah y Hamas. El artículo se titula "A un año de las protestas de unidad del 15 de marzo: ¿dónde estamos ahora?".

"Hace un año, decenas de miles de palestinos salieron a las calles en toda la Franja de Gaza y Cisjordania, llamando a poner fin a la división entre los partidos políticos palestinos, reclamando nuevas elecciones y reformas radicales en el sistema electoral. ¿Dónde se encuentra ahora este movimiento? Una entrevista con el fundador del movimiento, Mourad Jadallah.

end_divisionEl 15 de marzo de este año, los manifestantes decidieron no presentarse en las plazas principales de las ciudades palestinas, gritando consignas y agitando banderas como el año pasado, pero en cambio protestaron frente a la prisión israelí Ofer, sosteniendo pancartas en apoyo a la huelga de hambre que llevado a cabo la prisionera administrativa Hana al-Shalabi.
Cuando comenzó, el Movimiento 15 de marzo significó un paraguas para pequeños grupos que se reunieron bajo las banderas de los movimientos "Gaza Youth Breaks Out" y "Palestine for Us".

Hoy en día, el "Movimiento de la Juventud Independiente", representado aquí por uno de sus fundadores, Mourad Jadallah, "es el único que no ha desaparecido. Los otros grupos han sido muy selectivos en la elección de sus campañas centrándose sólo en cuestiones concretas", explica Jadallah, "Nosotros en cambio estamos impulsando una amplia gama de temas a la vez".



AIC: ¿Cuál es esta "amplia gama de temas" a las que te refieres?
MJ: Nosotros damos nuestro apoyo diario a los prisioneros palestinos y estamos orgullosos de haber sido los primeros en apoyar tanto a Khader Adnan como a Al-Shalabi Hanaa. Nos oponemos firmemente al Cuarteto de Medio Oriente, ya que éste es sólo una herramienta para castigar el derecho de los palestinos a la autodeterminación y hacemos un llamamiento a la ONU para que abandone este cuerpo. Protestamos contra las organizaciones no gubernamentales internacionales que trabajan en el territorio palestino ocupado y obtienen fondos de los países occidentales y, contra el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), ya que está en cierta medida involucrado con los crímenes que las fuerzas israelíes cometen dentro de las cárceles israelíes. Sin duda, nos oponemos a la Autoridad Palestina y su cooperación con las fuerzas de inteligencia y seguridad de Israel.

AIC: ¿Cómo haces frente a tu carga de trabajo diaria como trabajador de Addameer y tu participación en el "Movimiento de la Juventud Independiente"?
MJ: Por un lado, no es una coincidencia que tres de nosotros (del Movimiento de Juventud Independiente) trabajemos para "Addameer", mientras que Aghsán Barghoutti trabaje en "Stop The Wall". Si una tercera Intifada estallara alguna vez, se haría con el fin de hacer trizas el sistema que utiliza herramientas a las que precisamente "Addameer" y "Stop the Wall" se oponen, como la detención indiscriminada, el Muro del Apartheid y el auge de la construcción de asentamientos. Por otro lado, cuando este movimiento se estableció, decidí que mi participación en él sería totalmente separada de Addameer. Es muy duro cuando te cuestionan porque perteneces a un "movimiento juvenil independiente" y al mismo tiempo trabajas para una ONG palestina recibe fondos de donantes externos. No queremos ser vistos como los hijos de Hillary Clinton, como fueron los jóvenes en Egipto.

AIC: ¿Qué los impulsó a crear este movimiento?
MJ: Hemos querido comenzar algo nuevo que nos represente, a los jóvenes. A excepción de los miembros de Hamas, los líderes de Fatah y los partidos de izquierda son demasiado viejos para satisfacer las demandas de la nueva generación. Queríamos ir más allá de la división entre los diferentes partidos políticos, no porque no creamos en ellos, sino porque no estamos satisfechos por su posición en la sociedad palestina. Hace veinte años estaba afiliado a la izquierda palestina, pero perdí interés cuando decidió a participar en las elecciones de 2006. Con el debido respeto, este paso fue incorrecto ya que le dio legitimidad a la Autoridad Palestina y a la Ocupación.

AIC: ¿Cuál es tu posición con respecto a la OLP?
MJ: La situación actual me recuerda a Hamlet, la tragedia de Shakespeare. El tío de Hamlet mató a su padre y se convirtió en el nuevo rey, mientras que la madre de Hamlet se casó con el tío asesino. En Palestina, la madre -la OLP-, se casó con su asesino -la Autoridad Palestina- y el nuevo rey -Mahmoud Abbas- se quedó con todo el reino. Cuando la juventud nos enteramos sobre el asesinato de nuestro padre, comenzamos a luchar contra el tío, pero, por desgracia, la dama a la que amábamos y en la que confiábamos -los partidos de izquierda- se interesó tanto en la reina como en el rey. Creemos que debemos reformar volver a crear todas las instituciones desde cero. Nuestro objetivo es tener una única estrategia palestina que reúna todos los puntos de vista diferentes. Deben llevarse a cabo nuevas elecciones para el Consejo Nacional Palestino como órgano representativo de los 11 millones de palestinos que viven en todo el mundo. La misma OLP que reconoció la solución de dos estados e Israel está muerta, por lo que queremos establecer una nueva OLP, de acuerdo a nuestros valores.

AIC: ¿Qué piensas acerca de la reconciliación que comenzó en mayo de 2011 entre Fatah y Hamas y fue recientemente ratificada por los Acuerdos de Doha en febrero de 2012?
MJ: En mayo de 2011 Fatah y Hamas pensaron que era hora de llegar a un acuerdo porque nos temen. Sin duda, nuestro movimiento no es perfecto pero aún así, en marzo pasado por primera vez desde 2005, muchas personas salieron a las calles. Fatah y Hamas habían compartido la tierra palestina entre sí desde 2006 y no esperaban que nadie se rebelase contra el statu quo. Después de marzo de 2011, comenzaron a consolidar sus fuerzas para evitar la expansión de nuestro movimiento que, si se expande y logra reunir a todos los partidos de izquierda juntos, podría derrocar su poder consolidado. Hay que tener en cuenta que lo que Fatah y Hamas están haciendo no es signo de una verdadera reconciliación, sino compartir autoridad sobre la tierra palestina, eso es todo.

AIC: Independientemente de la intención, ¿no fue la unidad entre las dos partes, una de las principales metas que intentan alcanzar en las protestas de marzo de 2011?
MJ: Llamamos a las protestas del 15 de marzo para poner fin a la división entre Hamas y Fatah, a fin de iniciar la remodelación de la OLP, las instituciones palestinas y, principalmente, el Consejo Nacional Palestino. Después de la primera Intifada, Hamas emergió como un actor fuerte y encontró un amplio apoyo de los dos antiguos militantes de izquierda y simpatizantes de Fatah. Después de los Acuerdos de Oslo, aunque Hamas se negó a ir bajo el paraguas de la OLP, no nos podemos abstraer de su importante papel como un movimiento de resistencia y por ello necesitábamos arrastrarlo a la OLP. El actual escenario político palestino es muy complejo, porque tenemos dos grandes partidos que firmaron un acuerdo para fortalecerse entre ellos, pero con una estrategia unilateral, que es la estrategia de Abbas. Abbas cree que puede ser hermano de Hamás y socio de Israel, pero esto es imposible. En primer lugar, Israel no debe ser su socio y, en segundo lugar, ¿cómo se puede fortalecer una amistad con un movimiento de resistencia como Hamás después de reclamar su asociación con la potencia ocupante? No queremos elecciones para la Autoridad Palestina -que es lo que propone el Acuerdo de Doha- pero sí para el Consejo Nacional Palestino. Estamos en búsqueda de una nueva organización legítima que represente a todos los palestinos y hable en su nombre, con un programa único y unificado, que todos los palestinos apoyen".

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