Líbano ante el incendio sirio

El Informe Semanal número 798 de la revista Política Exterior dedica, de nuevo, su atención a Siria, donde cada vez es más frecuente que se habla de guerra civil: "El incendio sirio se propaga a Líbano".

"Las fracturas internas de Líbano, con numerosas confesiones religiosas a menudo enfrentadas, ha provocado que a lo largo de su historia, el país de los cedros se convierta fácilmente en el tablero de juego donde las potencias circundantes dirimen sus rivalidades.

Israel lo hizo cuando decidió –en 1978 y 1982– intervenir militarmente en Líbano para neutralizar la amenaza que los grupos palestinos suponían para su seguridad. Como resultado de esas injerencias, Israel mantuvo, primero directamente y luego a través de la Falange cristiana, la ocupación de la llamada “zona de seguridad del sur del Líbano” hasta mayo de 2000. Desde entonces, incluyendo la operación de castigo contra Hezbolá en el verano de 2006, Israel sigue muy de cerca lo que ocurre allí, sobre todo ahora, cuando la crisis siria ha vuelto a situar el país en la primera línea de fuego.

Si, como sostiene el secretario general adjunto de la ONU para las Operaciones de Paz, Hervé Ladsous, el conflicto sirio es ya una guerra civil abierta, Líbano no tardará en verse arrasado por el incendio sirio. Debido a que la milicia chií de Hezbolá es una pieza clave de la estrategia militar exterior de Damasco y Teherán, la extensión de la guerra al país vecino hará muy probable un nuevo enfrentamiento bélico entre Israel y Hezbolá.
En Siria, Irán está disputando una partida crucial con sus viejos rivales suníes: Arabia Saudí y Turquía. Si Teherán pierde Damasco, se verá obligado a aumentar su peso en Líbano. En ese sentido se debe interpretar la reciente visita a Beirut del primer vicepresidente iraní, Mohamed Reza Rahimi, al frente de una delegación que superaba el centenar de miembros. Rahimi llevaba en sus manos diversos planes y propuestas de múltiples proyectos, desde hospitales y escuelas a infraestructuras de transporte y de suministro eléctrico, que Teherán se ha ofrecido a financiar.

Uno de ellos es la construcción de un gran embalse en Balaa, corazón del feudo cristiano de Tannourine, para potenciar la agricultura local y mejorar la deficitaria generación eléctrica libanesa, que ronda los 1.500 megavatios,  frente a una demanda que supera los 2.500 en pleno verano. Sin embargo, la delegación iraní no logró firmar un solo contrato durante la visita por la aprensión con que ven los suníes y cristianos libaneses el apoyo de Teherán al régimen de Bashar al-Asad.

La participación de Hezbolá en la defensa del régimen sirio, incluida la infiltración de combatientes y de armas en suelo sirio añade leña a la hoguera. EEUU también ha reconocido que está coordinando la entrega de armas a los rebeldes sirios desde los puertos mediterráneos libaneses".

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