Palestina y la ONU: el camino de la independencia

El último número de Política Exterior recoge un interesante artículo de la abogada palestina Hiba Husseini titulado "Palestina y la ONU: el camino legítimo para un Estado". A continuación algunos de sus extractos:
"El actual escenario palestino es prometedor y mueve al optimismo. En lugar de manifestarse contra la ocupación israelí mediante acciones combativas, los palestinos están planteando iniciativas meditadas para alcanzar sus objetivos nacionales. Primero, para obtener la libertad y poner fin a la ocupación y la construcción de asentamientos. Segundo, para establecer un Estado soberano con las fronteras de 1967, articulado en torno a la solución del biestatalismo y que tenga Jerusalén Este como capital. Y tercero, para garantizar que la apremiante situación de los refugiados se resuelva justamente, después de 66 años.

Esta nueva dinámica se ha atestiguado en la reconciliación entre Al Fatah, parte de la oficialista Organización para la Liberación de Palestina (OLP), y su oposición, Hamás. Tras cuatro años de divergencias ideológicas y políticas, ambos partidos han supeditado los intereses partidarios a los nacionales con la firma en abril de un acuerdo de reconciliación.
Otro elemento clave es la posición adoptada por los líderes palestinos respecto de un proceso de paz en impasse desde hace 18 años y que ha menguado su credibilidad. Hoy, sin embargo, los palestinos vuelven a situarse en una posición de independencia para anunciar a Israel y al resto del mundo que ya es hora de que se reconozca al Estado de Palestina e incluso de que sea admitido en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Recordemos que Palestina no es ningún extraño en la ONU y que desde 1988 mantiene despachos en la sede en calidad de observador. Y lo que es más importante: a julio pasado, 117 países han reconocido a Palestina como Estado y mantienen con ella relaciones diplomáticas; otros muchos han abierto oficinas consulares en su territorio.

Por estas razones, los palestinos han decidido acudir de nuevo a la ONU. Esta decisión, en cualquier caso, no obvia la urgente necesidad de entablar negociaciones con Israel. Es harto sabido que la negociación constituye parte clave de un acuerdo perdurable, exhaustivo y coherente. Dicho acuerdo debe poner fin al conflicto y satisfacer todas las reclamaciones. A diferencia de Israel, no miramos con buenos ojos las medidas provisionales o cortoplacistas. Las decisiones a medias no nos satisfacen y necesitamos zanjar nuestra apremiante situación. Así pues, optamos por una medida nueva: la ONU.

Esta iniciativa, no obstante, debe ser evaluada en su contexto. Se trata de una afirmación de nuestro firme deseo de vivir en un Estado independiente con las fronteras de 1967, afirmación que proporcionará una nueva plataforma para la que israelíes y palestinos puedan replantear sus relaciones desde cero.

En el mundo de hoy, en el que de la hegemonía de los Estados nace una nación tras otra, acudir a la ONU es un medio legítimo para un fin legítimo. La ONU tiene potestad para ello. Es el foro al que acuden las naciones para confirmar su régimen de Estado, tal como hizo Israel en 1948. Lo que fue legítimo para Israel entonces es legítimo para Palestina ahora, en 2011.

Puertas adentro, Hamás apoya la decisión de la OLP de acudir a la ONU y la reconoce como representante del pueblo palestino. Puertas afuera, Israel ha proclamado su total oposición a la iniciativa, tildándola de acción unilateral, y ha amenazado con medidas severas. Reiteramos que nuestra acción es la acción del multilateralismo en sí. Sin duda, recibirá apoyos en el país, entre los países vecinos y en el resto de la comunidad internacional, de los países árabes y varios latinoamericanos, entre otros".

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