Sociedad civil palestina

La ONG Solidaridad Internacional acaba de publicar el dossier Vivir en medio. Imágenes, luces y sombras en Oriente Medio. En él intervienen diferentes especialistas en la materia como Miguel Hernando de Larramendi, Bárbara Azaola o Mar Gijón. Mi contribución a este volumen lleva por título "La sociedad civil palestina y el proceso de construcción nacional" (pp. 49-64). A continuación aporto la introducción al capítulo, que puede consultarse entero en el enlace anterior.
"Al contrario que el resto de países árabes, Palestina no ha accedido todavía a la independencia. Pese a más de dos décadas de proceso de paz, la ocupación israelí, iniciada en 1967, apenas ha remitido. Por lo tanto, la sociedad civil palestina no sólo ha nacido en un contexto de ausencia de estructuras estatales sino también de ocupación militar. Es por ello que a su labor como instrumentos de desarrollo y vehículos de democratización, las ONG palestinas suman otros dos papeles igualmente relevantes: la prosecución de la lucha contra la ocupación y la contribución al proceso de construcción nacional. La presencia israelí no ha impedido, sino más bien todo lo contrario, la aparición de una sociedad civil palestina vigorosa que no sólo exige la liberación de Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza, sino que además defiende el gobierno de la ley reclamando una democracia real y no sólo de fachada.

Si bien es cierto que en el curso de las dos últimas décadas se ha experimentado un proceso de despolitización de las ONG, también lo es que el movimiento de resistencia palestino jugó un papel determinante en su nacimiento y fijó su hoja de ruta original: proveer servicios básicos a la población y erigir una infraestructura protonacional. Hoy en día, las ONG que prestan servicios a sus comunidades se han profesionalizado perdiendo algunas de las que antaño fueran sus señas de identidad. Los donantes son responsables de este giro copernicano en el que se ha establecido una nueva agenda post-conflicto en un momento especialmente delicado dado el fracaso del proceso de paz y la profundización de la colonización.

Las ONG palestinas, nacidas antes del establecimiento de la autonomía, se mueven en un contexto doblemente autoritario, dado que deben enfrentarse tanto a la ocupación israelí como al autoritarismo de la Autoridad Palestina (AP). A esto se añade la intensa dependencia de la financiación externa que ha llevado a algunos autores a señalar “el prefijo ‘no’ en realidad no cumple plenamente su función, pues cada vez más organizaciones de asistencia social dependen de fondos gubernamentales (o cualquier otra forma de financiación institucional como la Unión Europea o USAID, iniciativas apoyadas por gobiernos)”.
                          
Según la Ley nº 1/2000 de Organizaciones Caritativas y Asociaciones Comunitarias las ONG palestinas son aquellas que realizan “voluntariamente cualquier servicio social, económico, cultural o de desarrollo o cualquier otra actividad que mejora la situación de los ciudadanos en términos sociales, sanitarios, profesionales, materiales, espirituales, artísticos, deportivos o culturales.

El Código de Conducta Palestino las define como “un organismo independiente sin ánimo de lucro establecido por no menos de siete personas con el propósito de lograr objetivos legítimos para el bien público. Se debería caracterizar por la independencia, la libertad, el voluntariado y la realización del bien público... El objetivo es proporcionar servicios a la comunidad sin ánimo de lucro. Incluye a las sociedades de beneficencia, las organizaciones de base, los clubes deportivos y las redes y sindicatos que representan a las sociedades de beneficencia palestina y las ONG”.

Por su parte Salah Abdel Shafi, responsable del Gaza Community Mental Health Programme, las define como “un conjunto de instituciones formales, organizaciones de base y partidos políticos que funcionan y operan al margen de los límites del gobierno; esto incluye, aunque no solamente, a las ONG, las organizaciones de base, los sindicatos y los colegios profesionales”. Caroline Abu-Sada, autora de una excelente investigación sobre los Palestinian Agricultural Relief Committees, añade a estos actores las asociaciones de beneficencia y toda asociación que no forme parte en sentido estricto de las instituciones de la AP”.

Esta matización es importante. De hecho, el Informe de Desarrollo Humano Palestino, elaborado en 2004 por el Programa de Estudios de Desarrollo de la Universidad de Birzeit, establecía una clara diferenciación entre las instituciones sociales tradicionales (que engloban a tribus, clanes, familias extensas, redes urbanas, rurales, familiares y sectarias y grupos religiosos) y las instituciones modernas (entre las que se contaban partidos políticos, sociedades caritativas, colegios profesionales, asociaciones de mujeres, ONG, medios de comunicación y grupos de incidencia), así como otras organizaciones proveedoras de servicios. Mientras las primeras se financian esencialmente a través de colectas, limosnas y ayudas procedentes del mundo árabe, las segundas dependen esencialmente de ayudas otorgadas por los países occidentales.

Comentarios

  1. Una interesante aportación que, además, en este momento agradezco especialmente.

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