Amar en Damasco

Hace unos años apareció la traducción al español de la novela "El lado oscuro del amor", del escritor sirio Rafik Schami. Es una novela altamente recomendable que cuenta una historia de amor imposible ambientada en la Siria contemporánea, lo que le permite dar pinceladas sobre la historia del país desde la dominación francesa hasta la dictadura de Hafez al-Asad contando la sistemática persecución del movimiento comunista por parte del Baaz. En palabras del propio autor sirio, "esta novela pretende hablar del amor cuando éste se encuentra en las peores condiciones. Los militares, las cárceles y los políticos son escenarios y requisitos ineludibles. Del mismo modo que el agua aparece en una novela de pescadores, los partidos y los políticos están presentes en los acontecimientos de mi novela".

Como tantos otros, Schami se vio obligado a abandonar el país tras la llegada del Baaz al poder. Una vez fuera del país se estableció en Alemania, donde mantiene su residencia. Javier Martín, periodista de la Agencia EFE y buen conocedor del Oriente Medio, escribió en el suplemento cultural de El País esta reseña sobre el libro en la que señalaba que el autor había sido "capaz de injertar estilos diferentes, y envolverlos con mimo de pastelero en los grandes dilemas que atribulan al hombre, para contar no sólo la tragedia y el triunfo del amor, sino también para dibujar con un trazo lacerante el tragicómico y errabundo devenir de los árabes a lo largo del siglo XX".

Incluyo un extracto de "La última tesela", su capítulo final, donde el autor trata de explicar el porqué de su novela: "No soy partidario de lo que suele llamarse novela política, pero un personaje no puede vivir en uno  de los peores regímens despóticos de Oriente y mantenerse completamente al margen de él, contar como si no hubiera secuestros, ni guerras, ni campos de prisioneros en los que se priva de su dignidad a las personas. Yo quería hablar del amor en condiciones extremas. La política y la historia real sirven de requisitos y trasfondo de una novela sobre el amor prohibido en condiciones damascenas. En lo que al escenario se refiere, me he tomado la libertad de poner los lugares patas arriba, alargar las calles y reconstruir las casas. Los dictadores me interesan como manifestación univeersal, cuya variante árabe expongo en la ficción. Las similitudes con los dictadores vivos eran inevitables, pero su importancia es secundaria. Lo más importante para mí es mostrar cómo la dictadura interfiere en la vida del individuo".

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