El Consejo Nacional Sirio en Madrid

Ayer tuve la oportunidad de escuchar a Abdel Basit Sayda, presidente del Consejo Nacional Sirio, en la Casa Árabe de Madrid. También pude departir brevemente con algunos de los miembros de la delegación siria, entre ellos los opositores Georges Sabra y Riad Sayf, respectivamente portavoz del CNS y miembro de su Consejo Consultivo. La encendida intervención de Sabra, un comunista cristiano con un largo historial de oposición al régimen baazista, fue, sin duda, el momento álgido de la cita. En el blog Syria in Transition puede encontrarse un detallado perfil de este histórico opositor a los Asad.

Sayda volvió a reafirmar, una vez más, que el objetivo del CNS era construir una Siria civil, democrática y pluripartidista. También incidió que en el seno del consejo están representadas todas las confesiones y étnias del país. Por último reclacó la necesidad de que unificar las filas de la oposición y de contar con todos los sectores a la hora de establecer un gobierno de transición, tal y como le demandan varios mandatarios europeos. En la rueda de prensa que dio junto al ministro de Asuntos Exteriores español García-Margallo también incidió en la necesidaad de una intervención humanitaria para proteger a los civiles y pidió que se armara al Ejército Libre Sirio.
 
Mi impresión personal es que la autoridad del CNS está cada vez más erosionada. De hecho, el encuentro apenas contó con la presencia de un puñado de personas de la comunidad siria (no sé muy bien si porque fue boicoteado o porque se convocó de manera precipitada). Tras un año de vida, el CNS ha sido incapaz de agrupar a toda la oposición a Bashar al-Asad y de fijar una hoja de ruta clara para forzar el cambio. Al estar mayoritariamente integrado por exiliados de larga duración, su popularidad en el interior del país es bastante limitada.

Podemos concluir que su trayectoria, repleta de altibajos, presenta inexplicables bandazos. Si en un principio reclamaron una revuelta pacífica, ahora piden a los gobiernos occidentales que armen a un Ejército Libre Sirio sobre el cual no ejercen ninguna autoridad. En las últimas semanas, las fricciones entre el CNS y el ELS han sido constantes, llegando a reclamar este último su protagonismo a la hora de elegir los miembros de un eventual gobierno transitorio al margen de los designios de la oposición radicada en el exterior. Ello implicaría no sólo  la  militarización de la revuelta popular, sino que una dictadura militar como la actual sería reemplazada por un incierta democracia donde los militares del ELS trataran de reservarse su particular cuota de poder. El acercamiento a la desesperada del CNS al ELS parece dar por sentado que el CNS acepta este ecuación.

Por si todo lo anterior fuera poco, da la impresión que los Hermanos Musulmanes (HHMM), que tienen una representación significativa en el CNS, están jugando a dos bandas. De una parte intentan evitar que surja una personalidad lo suficientemente carismática para aunar al conjunto de la oposición, porque ello les restaría protagonismo en la Siria post-Asad. Sólo así puede entenderse la elección del poco carismático Sayda como reemplazo de Burhan Ghalyun. De otra parte, parece ser que la prioridad de los HHMM en este momento es asentarse en el interior, donde apenas cuentan con una presencia simbólica después de treinta años de ilegalización y persecución. Es por ello por lo que están concentrando su acción en prestar asistencia a las decenas de miles de damnificados por la violencia del régimen, pero también en armar a ciertos sectores suníes. Se trataría, así, de recuperar el terreno perdido en las pasadas tres décadas.

Comentarios

  1. Desde luego que el gobierno del Partido Popular apadrine a estos señores del CNS es bastante significativo de quiénes son y de lo que persiguen. No es baladí que su apoyo por parte de la población siria sea testimonial. Desde luego, dime quién te apadrina, y te diré quién eres.

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