Mujeres egipcias
El próximo mes saldrá publicado el libro Sociedad civil y transiciones en el Norte de África (Icaria Editorial) con cuatro estudios de caso dedicados a Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto. Mi capítulo analiza la evolución de la sociedad egipcia tras la revolución del 25 de enero de 2011. A continuación incluyo el apartado dedicado a los movimientos de mujeres:
"Tal y como subrayara el Informe sobre Desarrollo Humano Árabe (IDHA) de
2005 Towards the Rise of Women in the
Arab World, el mundo árabe sigue estando en última posición mundial en lo
que respecta a cuestiones de alfabetización, escolarización, participación
económica y política, derechos civiles y políticos de las mujeres. Según el
Índice de Desigualdad de Género del IDHA de 2013, Egipto ocupa el puesto 126
con un valor de 0,590 con tan sólo 2.2% parlamentarias, 43.4% mujeres mayores
de 25 años que han completado sus estudios de secundaria (frente al 59.3% de
los hombres) y una tasa de participación en el trabajo de la fuerza laboral
mayor de 15 años de un 23.7% (frente al 74.3% de los hombres). Según el Informe
Anual de 2012 del Foro Económico Mundial, Egipto ocupa el puesto 125 de los 133
analizados en cuanto a derechos de las mujeres. Las mujeres sufren, por lo tanto, situaciones de discriminación en todos
los ámbitos fruto del contexto patriarcal y religioso.
El movimiento de mujeres egipcio regitró un fuerte impulso en la década de
los ochenta con la aparición del AWSA, PWU y CDRW. Como ocurre con
varias asociaciones de derechos humanos, algunas organizaciones de mujeres
preferieron registrarse como empresas privadas o centros de investigación para
sortear las trabas administrativas. Entre los grupos de defensa de los derechos
de la mujer más relevantes hoy en dia cabe mencionar la Alliance of Arab Women
o New Women Foundation (registradas como ONG) o New Women´s Research Centre,
Together y Daughter of the Land Group (que operan como organizaciones sin ánimo
de lucro o centros de investigación). El Nadeem Center for the Manegement and
Rehabilitation of Victims of Violence lucha, por su parte, contra la violencia
de género, la tortura y los abusos sexuales practicados por las fuerzas de
seguridad.
Entre sus objetivos compartidos cabe mencionar la lucha por la igualdad de
género, el combate contra el analfabetismo y la pobreza, el acceso de la mujer
al trabajo y la sanidad, la asistencia legal o la participación política.
Algunas ONG también han lanzado campañas sobre el papel reproductivo de la
mujer o la violencia doméstica. Mediante su acción intentan sensibilizar a la
población, pero también influir en el mecanismo de toma de decisiones mediante
campañas de incidencia y presión para modificar la legislación. Además organizan
seminarios y talleres de debate y publican libros, revistas e informes sobre
aspectos concretos.
En cuanto a las estrategias, estas ONG colaboran puntualmente en campañas
que persiguen objetivos concretos como el levantamiento de las reservas de la Convención
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres
(CEDAW), la lucha contra la violencia de género practicada en el ámbito de la
familia y los crímenes de honor, pero también mantienen una relación de
competencia para captar fondos extranjeros lo que afecta negativamente a su
capacidad de influencia. Otro de los problemas más acuciantes es que esta
dependencia de financión extranjera les obliga a menudo a aceptar la imposición
de su agenda de trabajo desde el exterior. La acción de estas organizaciones
choca con la frontal oposición del movimiento islamista, que considera que
deben preservarse las tradiciones locales a toda costa, entre ellas el
patriarcado, como medio para frenar el proceso de occidentalización de la sociedad
egipcia.

Durante la Revolución el 25 de enero de 2011 se experimentó un cambio radical,
puesto que hombres y mujeres se movilizaron conjuntamente para reclamar la
caída del régimen. La movilización de las mujeres desató la ira de los sectores más
inmmovilistas de la sociedad egipcia que trataron de evitarla mediante acciones
punitivas. El 8 de marzo de 2011 varias organizaciones se congregaron en Tahrir
para conmemorar el Día de la Mujer, pero las mil mujeres reunidas fueron
insultadas, golpeadas y acosadas sexualmente.
Un día más tarde tuvo lugar otra manifestación en la que fueron detenidas
17 mujeres, siendo sometidas a pruebas de virginidad y condenadas, algunas de
ellas, a un año de prisión por un tribunal militar (aunque dicha pena fue
posteriormente suspendida). Una de ellas interpuso una denuncia ante la
justicia, que falló a su favor al consider dichas prácticas ilegales. En unas
declaraciones señaló: “No he ido a los tribunales como Samira Ibrahim. Las violaciones
que han tenido lugar han sido cometidas contra todas las mujeres de Egipto”
(ITUC-CSI, 2012: 16).
A pesar de su activa implicación en la revolución, el número de mujeres
candidatas a la Asamblea Constituyente fue limitado: sólo representaban el 16%
de los candidatos de la coalición Revolución Continua, el 15.7% del Bloque
Egipcio, el 13.7% del Partido Wafd, el 13.6% del PJL y el 13.2% del salafista
al-Nur. Las mujeres sólo lograron nueve de los 508 escaños en juego (aunque el
CSFA posteriormente designaría otras dos) o, lo que es lo mismo, un 2.2% del
total (en comparación con el 12% elegidas en los comicios de 2010). Esta baja representación se debía a la derogación por el CSFA de la ley que
establecía un cuota de 64 mujeres diputadas. Otro tanto ocurrió en la Asamblea
Consultiva donde sólo disponían de cinco de los 180 escaños (un 2.7%). El
primer ejecutivo formado por el PJL únicamente incluía a dos mujeres de un
total de 31 ministerios: Fayza Abu al-Naga (Cooperación Internacional) y Nagwa
Khalil (ministra de Solidaridad y Asuntos Sociales).
Tras la llegada del PJL al poder se alzaron numerosas voces que demandaban
la revisión de las leyes aprobadas durante la época de Mubarak para hacerlas
acordes con la sharía, entre ellas
los que le otorgan el derecho al divorcio sin la aprobación del marido o la que
concede a las mujeres la custodia de sus hijos hasta que cumplan los 15 años (ley
1/2000). También se pidió que se despenalizara la mutilización sexual femenina.
La diputada islamista Azza Algarf planteó la revisión del Código de Familia por
considerar que “ha provocado un mayor número de divorcios y la disolución de la
familia egipcia” (ECWR, 2012: 21). Algarf también justificó que “el acoso sexual
tiene lugar por la desnudez de la mujer, por lo que los acosadores no están
equivocados”.
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