HRW: Discriminación contra los palestinos

Hace unos días, Human Rights Watch publicó un demoledor informe de 166 páginas sobre la situación de los palestinos bajo la ocupación israelí bajo el título Israel/West Bank: Separate and Unequal Treatment of Palestinians in the Occupied Palestinian Territories en el que se denunciaba que "los palestinos hacen frente a una discriminación sistemática meramente por causa de su raza, etnia o nacionalidad, que les priva de electricidad, agua, educación y acceso a las carreteras, mientras los colonos judíos disfrutan de todos lo beneficios que provee el Estado. Mientras los asentamientos israelíes florecen, los palestinos bajo control israelí viven en un túnel del tiempo: no sólo viven separados y en situación de desigualdad, sino que incluso son expulsados de sus tierras y de sus hogares".
El informe denuncia que la población palestina está seriamente discriminada y privada de sus necesidades más elementales.Además, identifica prácticas discriminatorias que no tienen justificación legítima en término de seguridad llegando a la conclusión de que existen dos sistemas diferentes: uno para los colonos y otro para la población ocupada. El informe reclama a Israel que ponga fin a estas violaciones de los derechos palestinos y se retire de los asentamientos erigidos en los Territorios Ocupados y demanda a EEUU y la UE, y a sus empresas, que sean complices de la política colonizadora que viola el Derecho Internacional. Human Rights Watch pide a EEUU penalice a Israel restando 1.400 millones de dólares (de los 2.700 que recibe anualmente), estimación de la cantidad que el Estado hebreo invierte en sus políticas colonizadoras.

Al convertir en inhabitables las comunidades palestinas (privándolas de servicios elementales, frenando el desarrollo, imponiendo severas condiciones de vida, expropiando los territorios adyacentes, bloqueando el acceso a las carreteras y a los campos de cultivo, denegando el acceso al agua y a la electricidad, prohibiendo la construcción de viviendas, escuelas o clínicas o demoliendo viviendas), las políticas discriminatorias israelíes están forzando a las palestinos a abandonar sus poblaciones. Según el informe, el 31% de los habitantes de Jerusalén Este y las zonas C (bajo exclusivo control israelí) se ha visto obligado a abandonar sus hogares desde el año 2000.

El informe se detiene en el caso de Jubbet al-Dhib, una aldea próxima a Belén. Como resultado de las políticas israelíes, sus 160 residentes únicamente pueden acceder a ella por un camino de 1.5 km. que deben obligatoriamente recorrer a pie, dado que existen obstáculos tanto a su salida como a la entrada en la carretera principal. Los niños deben andar varios kilómetros para poder acudir a la escuela y tiene que estudiar con velas, ya que la población carece de electricidad. Las autoridades israelíes han impedido la llegada de ayuda internacional y la instalación de placas solares. Todo ello a tan sólo 350 metros del asentamiento de Sde Bar, fundado durante el primer mandato de Benjamin Netanyahu, que tiene todas las comidades de la vida moderna.

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