Wikileaks VI: la alianza entre Siria y Hezbolá

En un informe confidencial, con fecha del 19 de noviembre de 2009, la Embajada de EEUU en Damasco denuncia los vínculos cada vez más estrechos entre Siria y la milicia chií libanesa Hezbolá. El informe está de plena actualidad, puesto que en las últimas semanas varias voces han alertado de una segunda vuelta de la guerra de 2006. El rearme de Hezbolá podría llevar a Israel a lanzar una nueva ofensiva contra Líbano, mucho más mortífera que la registrada en 2006: “El decidido respaldo sirio al rearme de Hezbolá y, en particular, el suministro de cohetes de largo alcance y de misiles guiados, podría modificar el equilibrio de fuerzas y producir un escenario mucho más destructivo que el de la guerra de julio a agosto de 2006. Obviamente, los responsables sirios niegan esta ayuda.

En otro momento, el telegrama noreamericano considera que “la mentalidad estratégica siria parte de la premisa de que el país podría evitar implicarse en un nuevo conflicto, tal y como ocurriese en 2006. Los líderes sirios parecen estar convencidos de que el rearme de Hezbolá aumenta las posibilidades de que Siria lleve a Israel de nuevo a la mesa de negociaciones”. A Israel no le interesa luchar en dos frentes al mismo tiempo y, por lo tanto, no atacaría a Líbano y a Siria a la vez, aunque podría lanzar operaciones localizadas en territorio sirio contra las instalaciones de Hezbolá en dicho país. Siria tampoco desearía involucrarse en la guerra, a no ser que sea atacada directamente.

Basándose en fuentes israelíes, el informe indica que Hezbolá dispone de misiles de largo alcance (hasta 320 kilómetros) y un importante arsenal (40.000 cohetes y misiles), lo que implica “un cambio en el equilibrio militar entre Israel y su némesis norteña […]. En el caso de ser utilizada plenamente, esta capacidad representaría un salto cualitativo en el daño y el terror psicológico que los misiles de Hezbolá causaron en el norte de Israel durante la guerra de 2006”.
La Embajada de EEUU en Damasco considera que “existen pruebas abrumadoras de que Siria no sólo está ofreciendo respaldo logístico y de otra índole en el transporte de armas, sino también es el principal proveedor armamentístico. Es más, la integración de Hezbolá en la doctrina militar siria significa que los operativos e instalaciones de Hezbolá en Siria disfrutan de un tamaño cada vez mayor”. Al mismo tiempo se reconoce que la ayuda siria a las milicias chiíes libanesas tienen una razón táctica: “Asad está más convencido que nunca que el rearme de Hezbollah es necesario para la seguridad siria y es, tal vez, un medio para que el actual gobierno israelí retome las negociaciones sobre la devolución del Golán”.

El informe depara algunas sorpresas, entre ellas que no menciona en ninguna ocasión a Irán, la 'bestia negra' de Washington desde la revolución islámica de 1979, supuestamente el principal patrón y proveedor de armas de Hezbolá que, de la noche a la mañana, habría sido reemplazado por Siria. Entre las recomendaciones que formula está la de negociar con Damasco desde una perspectiva regional, abordando la problemática de Oriente Próximo en su conjunto e iniciando un diálogo estratégico. En definitiva, lo que se pretendería (y esto lo digo yo y no el informe) es reemplazar el ‘territorio por paz’ en el que se basó el proceso de paz durante la década de los noventa por ‘territorios por realineamiento estratégico’, ya que lo que se demanda es, en esencia, un reposicionamiento de Siria a cambio de la devolución del Golán. En consonancia con la Ley de Responsabilidad Siria, aprobada por el Congreso norteamericano en 2004, se exige como condición ineludible de cualquier futuro acuerdo la ruptura siria con su aliado estratégico iraní, pero también el cese de la colaboración con la ‘resistencia islámica’: Hezbolá y Hamas.

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