La paz según EEUU

Como cada  año, el Saban Center for Middle East Policy de la Brookings Institution organiza su conferencia anual en la que intervienen destacadas figuras políticas de EEUU y Oriente Próximo. En su discurso, que reproduce el portal del Departamento de Estado, Hillary Clinton  abordó la situación del proceso de paz y sus perspectivas de futuro introduciendo algunos elementos novedosos sobre los planes de la Administración de Obama para lo que queda de legislatura.  

La responsable de la política exterior de EEUU advirtió que "la continuación del conflicto fortalece a los extremistas y opositores a lo largo de la región mientras debilita a quienes están abiertos a la coexistencia y la cooperación. La radicalización de la juventud y el creciente respaldo a las ideologías violentas socava la estabilidad y la prosperidad de Oriente Próximo". Como era de esperar, también manifestó su "firme y profundo respaldo al Estado de Israel", pero afirmó al mismo tiempo que "una paz regional y global es imprescindible para salvaguardar el furuto de los israelíes".

También hubo palabras de esperanza para los palestinos: "Vemos también a nuestros amigos palestinos y recordamos la dolorosa historia de un pueblo que nunca ha tenido su propio Estado y renovamos nuestro compromiso a ayudarles a alcanzar sus legítimas aspiraciones. La ausencia de paz y la ocupación que empezó en 1967 privan al pueblo palestino de la dignidad y de la autodeterminación, lo que es inaceptable y, en última instancia, insostenible. Por lo tanto, tanto los israelíes como los palestinos e, incluso, todos los pueblos de la región, tienen interés en poner fin a este conflito y alcanzar una paz defintiva, duradera y global basada en los dos Estados para dos pueblos".

Eso sí, Hillary Clinton volvió a insistir una vez más en la necesidad de mantener al resto de la comunidad internacional al margen de las negociaciones considerando que Israel y la Autoridad Palestina podrían alcanzar un acuerdo por sí solas: "Durante dos años, me habéis oído a mí y a otros repetir una y otra vez que las negociaciones entre las partes son la única manera de lograr que ambas partes alcancen sus respectivas aspiraciones: seguridad y reconocimiento para los israelíes y un Estado independiente, viable y soberano para los palestinos. Esto sigue siendo válido hoy. No hay otra alternativa que alcanzar un acuerdo mutuo".

Obviamente no hay peor ciego que el que no quiere ver, dado que Israel (y, mucho menos, el gobierno radical de Netanyahu) nunca dará luz verde a la creación de un Estado palestino en las fronteras de 1967. La única posibilidad de que surja un Estado palestino es su imposición por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, opción que no suscita el menor entusiasmo dentro la Administración de Obama. De hecho, Clinto subrayó: "Sólo las partes en conflicto pueden resolver el conflicto. EEUU y la comunidad internacional no pueden imponer una solución".

En otro pasaje de su discurso, Clinton consideró que los próximos meses serían cruciales para avanzar en los asuntos centrales: fronteras, Jerusalén, refugiados, seguridad y agua. Además manifestó, y esta es una novedad, que "EEUU no será un participante pasivo. Presionaremos a las partes para que expongan sin demora y de manera detallada sus posiciones sobre las cuestiones elementales de la negociación. Vamos a trabajar para reducir las diferencias haciendo preguntas complejas y esperando respuestas sustantivas.Y en las conversaciones privadas con las partes, vamos a ofrecer nuestras propias ideas y propuestas de acercamiento en su caso". Mientras las conversaciones indirectas prosigan, "profundizaremos nuestro apoyo  a los esfuerzos palestinos para erigir su Estado, porque reconocemos que un Estado palestino, logrado a través de las negociaciones, es inevitable... Las legítimas aspiraciones del pueblo palestino no serán satisfechas ni Israel tendrá unas fronteras seguras ni reconocidas hasta que se alcance la solución de los dos Estados que asegure la dignidad, la justicia y la seguridad para todos".

Según parece, EEUU estaría presionando ahora a Israel para que detalle su posición ante una serie de cuestiones. En un artículo publicado en el diario Haaretz por Avi Issacharof se señala que el enviado norteamericano George Mitchell exigirá a Netanyahu un claro posicionamiento en torno a las fronteras del futuro Estado palestino y una detallada hoja de ruta para su consecución. Issacharof es optimista al interpretar que esta vez "no se permitirá a Neanyahu recurrir a los eslóganes como 'Jerusalén es la capital eterna y unificada de Israel' o 'el valle del Jordán en manos israelíes'. Tendrá que ofrecer una solución".

Yo, por mi parte, soy más realista. Se puede prever que, ante estas presiones, el primer ministro israelí optará por la estrategia del calamar, lanzando balones fuera e intentando obtener todo tipo de concesiones palestinas (reconocimiento de Israel como Estado judío, renuncia al derecho al retorno de los refugiados y cesión del espacio aéreo y de los recursos hídricos) antes de dar ni un solo paso hacia adelante.
 
Ante este escenario, la Autoridad Palestina podría replantearse su estrategia a corto plazo. Algunos analistas, como Issacharof, interpretan que la AP habría desistido de su proyecto de proclamar unilateralmente la independencia en verano de 2011 al considerar que le enfrentaría a la Administración de Obama. Quizás la apuesta palestina por conseguir el reconocimiento individual de varios países latinoamericanos (Brasil, Argentina y Uruguay entre ellos) nos aporte luz sobre cuál será la estrategia a seguir por los palestinos en los próximos meses. De hecho, el diario palestino al-Quds informaba hace unos días que el presidente Mahmud Abbas habría solicitado a la Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común europea Catherine Ashton el inmediato reconocimiento del Estado palestino en las fronteras de 1967 por parte de la UE.

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